Dado que la industria de bebidas contribuye con el cuatro por ciento de las emisiones globales de CO2, ¿Cómo pueden las empresas adaptarse con iniciativas ecológicas y un compromiso genuino esencial en medio de regulaciones en evolución?
La industria de las bebidas enfrenta un desafío considerable en su camino hacia la sostenibilidad ambiental. En el año 2021, esta industria fue responsable de casi el 4 por ciento de las emisiones globales de CO2, con una reducción anual de apenas el 0,7 por ciento, lo cual está muy por debajo de lo necesario con urgencia.
Ahora, las marcas de bebidas y sus colaboradores tienen la tarea de emprender una transformación radical que requerirá un enfoque unificado para reducir rápidamente su consumo energético y cumplir con los próximos objetivos de emisiones para 2030 y 2050. En este sentido, es crucial asociarse para abordar las emisiones indirectas de la cadena de suministro. Dentro de las propias empresas, es esencial alinear las estrategias con objetivos claros de reducción de emisiones, lo que podría implicar inversiones en nuevas tecnologías, actualización de procesos operativos o la adopción de herramientas de seguimiento de emisiones.
Este artículo explora a fondo el viaje transformador que la industria debe emprender, investigando asociaciones innovadoras, tecnología de punta y cambios estratégicos que podrían redefinir su impacto ambiental y establecer un nuevo estándar en sostenibilidad.
Sin embargo, ¿son las iniciativas actuales más que simples palabras? Los principales actores de la industria ya están intensificando sus esfuerzos con iniciativas ecológicas tangibles. Por ejemplo, las botellas a base de fibra de Carlsberg, que podrían reducir las emisiones hasta en un 80 por ciento en comparación con las botellas de vidrio de un solo uso. De manera similar, la plataforma de sustentabilidad ‘Partners for Tomorrow‘ de Pepsi es un paso positivo, unificando sus esfuerzos ambientales, incluido su programa de reciclaje CIRQU. Además, empresas como Coca-Cola están compartiendo públicamente objetivos de emisiones ambiciosos, como su meta de reducir las emisiones de absolución en un 25 por ciento para 2030 en comparación con 2015.
Estos avances son talentosos, pero es crucial que estas iniciativas no solo sean estrategias de marketing, sino compromisos genuinos con la sostenibilidad. Las marcas deben encontrar un equilibrio entre ser ecológicos y preservar la calidad del producto, lo que implica consideraciones prácticas, de imagen de marca y de costo al cambiar materiales y procesos.
La presión externa también está influyendo en la industria de las bebidas, con regulaciones más estrictas y compromisos internacionales como la COP28. Ante esto, las empresas deben respaldar sus mensajes ambientales con acciones concretas y evitar el llamado “lavado verde”.
La cadena de suministro representa un desafío importante, siendo responsable del 92 por ciento de las emisiones de la industria. Las empresas están ajustando sus procesos para reducir el uso de recursos y residuos, pero se necesita una mayor colaboración y compromiso para implementar cambios significativos en un tiempo adecuado.
La innovación tecnológica está desempeñando un papel crucial en este proceso, desde dispositivos de refrigeración más eficientes hasta máquinas de producción inteligentes. Además, el cambio hacia materiales de embalaje más ecológicos se está acelerando, con oportunidades para reducir costos y mejorar la sostenibilidad.
En resumen, la industria de las bebidas se enfrenta a un momento crucial en su camino hacia la sostenibilidad, donde la innovación, la colaboración y el compromiso genuino son clave para alcanzar el éxito empresarial y la responsabilidad ambiental.
Por: Colin Rodgers